Es impresionante ver que la tecnología telefónica se ha desarrollado de una manera increíble en la ultima década.
Recuerdo que al principio teníamos los teléfonos de ruedita que hacían ese maravilloso sonido que seguro nuestros hijos no pueden reconocer. Luego tuvimos los inalámbricos, con los cuales podías moverte dentro de un espacio reducido, pero moverte finalmente. En las películas veía los teléfonos en los autos, pero nunca vi uno en la vida real, aunque se que existieron. Luego, Zack, en Saved by the Bell, se paseaba por los corredores de su colegio con ese teléfono que parecía mas bien un ladrillo con antena.
Aquí hago un parentesis para decir que en realidad fue el Super Agente 86, el pionero de los teléfonos celulares, pero nunca hubiera estado de moda hablar desde el zapato de uno.
Recuerdo que mi primer telefono celular fue un Nokia, no era tan grande como el de Zack ni tan incomodo como el del agente, pero si era un gran bulto: parecia un raspahielos. En ese momento podía haber pesado 5 libras y aun asi lo hubiera llevado: que maravilloso poder salir de casa sin la preocupación que los amigos llamaran y no nos encontraran.
Luego de eso, los telefonos se fueron haciendo cada vez mas pequeños y mas comodos de llevar en el bolsillo y ya tenian la capacidad de enviar mensajes escritos, lo que se volvio muy atractivo para hacer planes o quedar en sitios.
Recuerdo que mis padres me dieron uno para poder localizarme por cualquier emergencia. Con lo increíble que parecia toda esta tecnologia, recuerdo que un tiempo me canse de la conectividad y de tener que contestar el telefono en la mitad de una pelicula, o mientras tomaba helado con las amigas, o estando en la mitad de una interesante conversación y por eso siempre "me olvidaba" de llevarmelo.
Llego un momento en que en realidad me incomodaba estar constantemente sin la posibilidad que alguien me deje un mensaje en casa, la automatización de estar conectados se sintió un poco exagerada y hasta forzada.
Al igual que ahora con el correo, recibimos un mail después de 1 minuto que la persona lo haya enviado, y se ha perdido completamente el romanticismo de abrir una carta escrita a mano.
Con estos razonamientos se creeria que me rehusaria a usar los telefonos actuales, lamentablemente la realidad es otra: desde mi telefono puedo escribir este blog, revisar los mails que me han mandado, hacer chat con imagen con mi papá que esta en otro pais, y con mi hermana que esta del otro lado del mundo, puedo hacer transacciones bancarias, comprar tickets para ir cine, ver peliculas y videos, escuchar musica, conectarme a las redes sociales, tomar fotos, compartirla, editarlas. Inclusive este telefono es capaz de recordarme las cosas que debo hacer en el momento que se lo pida, me avisa la temperatura, el trafico, los descuentos en las tiendas de departamentos. En fin, tal y como en Matrix, sin quererlo le hemos dado poder a estos aparatitos, que si alguna vez se ponen en huelga y dejan de funcionar, algunas personas creerian que su vida se ha terminado.
Yo, por mi parte, mientras el telefono no sea capaz de prepararme un caipiroshka y hacer mi cama, no estoy preparada para darle completamente mi amor.