Mi Anita ya tiene 9 meses y con ella he aprendido a ser mucho mejor madre de lo que pensé había sido con Paula. Siempre con los primeros hijos tendemos a ser sobreprotectores. Leí una vez que es muy normal que exista una cierta tendencia de los padres en sobreproteger a sus hijos porque los ven pequeños y desamparados, y que un chichón o un raspón puede ser aterrador, pero para los niños significa que tienen libertad, que estan aprendiendo, que se están habituando al mundo que los rodea. Con Paula cometí el error de protegerla demasiado y no dejarla ser, pero gracias a Dios todavía estoy a tiempo de enmendarme y ahora mismo la dejo que explore y que se caiga, y que se levante sola, y que, con paciencia conquiste su libertad. Con Ana empezamos bien, a los 7 meses ya dormía sola porque durante 3 días estuvimos entrenandola, entrando a su cuarto cuando lloraba cada 5 minutos, cada 10 minutos, cada 15, y despues cada 30 minutos: a los 3 días dormía sola toda la noche sin llorar ni una vez. Ana tiene libertad para todo: dejo que haga cosas, y me trato de mantener al margen. La veo mucho mas independiente y autosuficiente y eso me hace sentir muy orgullosa. Dios me ha llenado de bendiciones con mis 2 niñas, y las quiero como no creía posible. Paula, que tiene 3 años y medio, tiene haciendo su cama solita ya 4 días; y todos los días ambas me dan extraordinarias sorpresas.
Un abrazo,
Patricia
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